La situación de derechos y libertades en España es ahora mas precaria que hace veiticinco años. Nos encontramos en un pais donde se ilegalizan partidos políticos, la censura emana de la altas instancias del estado y continúa habiendo figuras intocables, impuestas desde la dictadura.
La diferencia hoy somos nosotros, nos hemos vuelto mas transigentes, hemos creido en nuestra propia mentira y al final logramos sacrificar nuestra propia dignidad. Han conseguido gracias al miedo, lo que no lograron con la violencia, convertirnos en un pueblo temeroso de nosotros mismos, capaces de aceptar figuras paternas que velen por nuestra seguridad, y ver con buenos ojos como, en aras de nuestro bienestar, se pisotean libertades y se retrocede en derechos.
Somos meros espectadores del teatro político español, a los que se nos pregunta cada cuatro años, quien queremos que nos gobierne, y así sacudirnos las manos de nuestra responsabilidad social.
Ser ciudadanos de derecho, es mas que asistir a manifestaciones manipuladas con proclamas impuestas. Ser autenticos ciudadanos, es exigir participación, tomar conciencia de nuestro destino y despojarnos de falsas tutelas.
Romper la espiral que nos convierte a la sumisión, es una obligación moral, necesaria para alcanzar la emancipación política negada durante setenta años. Y un primer paso para diseñar un nuevo concepto de Estado, donde la participación del pueblo no sea un proyecto, sino el pilar donde se asiente la nueva Democracia.
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